Los vinos espumosos son vinos frescos, con gas, pueden o no tener alguna concentración de azúcar y son elaborados a partir de uvas tintas o blancas. El gas se consigue gracias a una segunda fermentación alcohólica, en botella cerrada (método tradicional) o en depósitos cerrados (método de tanque). Existe además otra forma de hacer vino espumoso, la carbonatación, que consiste en añadir dióxido de carbono al vino.
Entre los espumosos más conocidos elaborados por el método tradicional se encuentran el Champagne, cuyo nombre proviene de la región del mismo nombre, situada en el norte de Francia, y el Cava proveniente de España.
De igual manera, entre los espumosos más reconocidos y que usan el método de tanque están el Prosseco y el Asti, originarios del noreste de Italia y el Sekt proveniente de Alemania y Austria.
Otros países reconocidos por la producción de espumantes son Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos, Argentina, Chile y Brasil.